El ailanto: un peligro real, una estrategia equivocada.
Siempre he considerado un privilegio vivir en la zona
limítrofe con nuestro Parque Natural Montes de Málaga. He tenido varios
domicilios en mi vida sin moverme de ese entorno. Abrir cualquier ventana o
salir a la calle viendo la gran silueta verde de su masa arbórea me
tranquiliza, me inspira, hace en definitiva mi mundo más habitable. Quizás eso
lo haga a uno más receptivo a estar vigilante con las amenazas, como quién
intenta salvar del naufragio los restos de un mundo que desaparece.
Podríamos hablar de incendios, podríamos hablar de
presión urbanística, pero hoy toca hablar de especies invasoras. Creo que es un
peligro invisible, silencioso para mucha gente, no tan identificable, no tan
certero como los otros dos y precisamente por eso es necesaria un mayor
esfuerzo de divulgación y, cómo no, de precaución.
La segunda es de un solar que es todo un clásico de la Calle Cristo de la epidemia por la de años que lleva allí (Podríamos hablar de la pésima imagen que causan ciertos lugares a pocos metros del circuito turístico del casco histórico, Picasso y demás, pero no es tema de este blog). Me he tomado la libertad de rodear con círculos rojos los troncos aún invernantes para aquel lector no familiarizado con nuestro invasor.
Y la tercera es la mejor (o peor) por ser la más significativa. Un solar en Calle Victoria, al lado del colegio Maristas, tras el que puede verse (sí, habéis acertado) la imagen del Parque Natural Montes de Málaga.
Si nos acercamos y hacemos una foto más cerca ahí lo tenemos: el Ailanto.
Quizás algunos piensan que un árbol invasor es selectivo como un sobre de Bárcenas o un ERE andaluz, que se lee los anexos de la Consejería sobre límites de los Parques Naturales, que ha sido educado en colegio de pago y pide permiso antes de pasar. Y si alguien me explica que esto es producto de la falta de comunicación y trabajo en equipo entre administraciones de distinto signo político, en este caso Junta de Andalucía y Ayuntamiento de Málaga, peor. Puertas al campo, nunca mejor dicho.
Y esta es la “ficha policial”, 6 páginas para no perderse detalle, el pdf del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente del Catalogo español de especies exóticas invasoras sobre el elemento. Fichado a nivel mundial, europeo, nacional y regional. Cuenta su modus operandi y también cómo combatirlo.
Resumo: Debido a su rápido crecimiento y a sus efectos alelopáticos,
desplaza a la vegetación natural preexistente o dificulta su regeneración; es muy difícil de
eliminar una vez que se ha establecido, persistiendo a veces incluso después de
la tala, quema o tratamiento con herbicidas; altera el funcionamiento del
ecosistema forestal, aumentando las tasas de paso en el ciclo de los elementos
y en la disponibilidad de nutrientes; en las áreas invadidas se ha observado
como el contenido
total de nitrógeno del suelo aumenta, disminuyendo el cociente C/N, además de
aumentar el pH del suelo; produce toxinas en hojas y corteza, que al acumularse
en el suelo inhiben el crecimiento de otras especies; su sistema radicular y
sus rebrotes persisten durante mucho tiempo; en Andalucía afecta a las especies de
formaciones vegetales autóctonas típicas de márgenes de ríos, especialmente a Alnus glutinosa, Fraxinus angustifolia, Ulmus minor o Celtis australis; puede alterar la disponibilidad de alimento para los herbívoros; puede
producir daños en el alcantarillado y en los cimientos de los edificios; las
hojas y las flores, sobre todo las de los ejemplares masculinos, despiden un
olor fétido.
Somos
unos privilegiados, Málaga es una de las provincias de mayor bodiversidad de
España e incluso de Europa. 23 Espacios Naturales en la Red de Espacios
Naturales Protegidos de Andalucía, dos humedales en la Lista de Humedales
Ramsar, tres espacios en la Red de Reservas de la Biosfera y un espacio en la
lista de Zonas Especialmente Protegidas de Importancia para el Mediterráneo
(ZEPIM) así lo corroboran. El ailanto puede hacer menguar considerablemente
todo eso. Me consta, repito, que se están realizando esfuerzos e invirtiendo
recursos, que hay grandes profesionales detrás de ello. No dejemos, por favor,
que un invitado inesperado nos amargue toda la fiesta.
Comentarios
Publicar un comentario