Museo Marítimo de Barcelona
Me encuentro en el Museo Marítimo de Barcelona. El viejo buque oceanográfico Francisco de Paula Navarro permanece atracado en el puerto, el calor aprieta y Las Ramblas es un bullicioso hormiguero, un caudaloso río de turistas que no desembocan en ninguna parte. Pero aquí dentro se está de maravilla. Del siglo XIII, cuando las Reales Atarazanas de la Corona de Aragón fueron las más grandes del mundo, el edificio sorprende, impresiona, sobrecoge. Con sus arcos de sillería gigantescos se siente uno como Jonás, en el vientre del gran mamífero marino. Y con todo tipo de material sobre la mar y los barcos y aquellos que los habitaron desde los tiempos más remotos de la historia. Como por ejemplo, esta réplica 1:1 de la Galera Real, auténtico monstruo de los mares similar en tamaño a nuestros aviones intercontinentales que fue construido en estas atarazanas y que como expresión del poderío militar de la época llegó a participar en la batalla de Lepanto. Una de