Reflexiones sobre el Paraje Natural de los acantilados de Maro-Cerro gordo. II
A veces, da la sensación de que la propia naturaleza te guía hacia lugares que han permanecido ignorados u ocultos a aquellos que no hablan su idioma. Y de que para ello se sirve de personas, situaciones, coincidencias, aparecidas hábilmente en el camino. Este pequeño paraíso de roca y agua con musgos, líquenes, helechos y todo tipo de insectos se encuentra muy cerca del Paraje Natural de los acantilados de Maro-Cerro gordo. A unos pasos del abrupto y áspero monte mediterráne o sobre el que reina un sol sin piedad, como el recuerdo de un pasado lluvioso que la tierra guardase en el cajón de una de sus cicatrices, como el sueño de aquello que pudo ser y que quizás ya no será. No aparece en ninguna guía turística, ni en ningún folleto de la Junta y la persona que nos lo indicó parecía en cierto modo feliz con ello. Lo entiendo. Sería una pena que fuese descubierto por aquellos que vociferan a lo “Sálvame”, los de la jauría de vehículos con ladrido metálico o... Bueno, los que quieren est...