Isla de Tenerife II. Aloe arborescens.
“Con gran asombro descubrió que el césped tenía 7 metros de altura y cuando cruzó un trigal vio espigas de 9 metros. 'Debo estar en un país de gigantes', pensó.” Los viajes de Gulliver Así, como el personaje de la inmortal obra de Swift, puede sentirse uno cuando descubre este imponente ejemplar de Aloe en el fantástico Jardín Botánico de La Orotava, en la isla de Tenerife. Diminuto, minúsculo, pero a la vez fascinado ante una planta a la que acostumbramos a ver raramente por encima de nuestras rodillas. Aloe, del que normalmente se conoce a la especie Vera por sus propiedades curativas, es un género de plantas suculentas, lo que quiere decir que están adaptadas a acumular agua para hacer frente a la sequía. Ningún aloe es autóctono, ninguno pertenece a la flora de nuestra región mediterránea, aunque se hayan hecho tan familiares. Todos provienen de Oriente próximo, Madagascar y sobre todo de África, de sus tierras secas, áridas, agrestes, como este gigante que