La vida nos arrolla
Creo que fue Nietzsche quien dijo aquello de que la vida nos atraviesa. Yo, más bien, tengo la sensación de un tiempo a esta parte de que más que atravesarnos nos arrolla. Qué curiosos los caminos de la mente, qué extraño que a veces cuanto más avanzamos más nos asalta la sensación de urgencia, del miedo al tiempo perdido, de no hacer nunca lo suficiente. Qué paradójico que eso nos lleve a parar para reconocernos, para hacer las paces con esa parte de nosotros mismos. Esa parte con la que creías haber aprendido a convivir, aquello sin lo cual no serías tú, lo que fuiste, lo que serás, lo que eres. Y qué bueno que detrás de cada miedo, detrás de cada laberinto, detrás de cada herida surjan más fuertes si cabe las ganas de salir adelante. Como si el dolor mirado a la cara fuera el acicate necesario para continuar todo aquello que merece la pena. Como si el miedo fuese, en ocasiones, la vacuna contra el miedo.
Comentarios
Publicar un comentario