Naturaleza y cultura: Las dos caras del mismo mundo mejor.



















Imagen de la web marruecos.pordescubrir.com


El pasado jueves concluía en Málaga el V Taller transfronterizo “Desarrollo sostenible y diversidad cultural” organizado por el observatorio MENARA.  Un foro de gran calidad en el que se dieron cita expertos en diversas materias como ecología, conservación de la biodiversidad,  economía, cultura… Siempre con el telón de fondo de la relación entre desarrollo sostenible y diversidad cultural en el marco de nuestro Mediterráneo en las dos orillas, la andaluza y la marroquí.

Durante más de 15 horas tuvimos acceso a gran cantidad de información a través de las ponencias y los debates que no voy a intentar resumir aquí. No es la intención de este post. Si quiero quedarme aquí con una idea y con una intervención, a mi juicio la más brillante, que tuvo lugar en el taller: la de D. Ahmed Gamoun, profesor titular de la Facultad de Letras de la Universidad Mohamed I de Oujda.

De aspecto enjuto, maneras y ropas sencillas casi ascéticas, voz frágil y un castellano con acento francés exquisito se nos mostró como todo un torrente de conocimientos: García Lorca, la naturaleza de Sierra Nevada, el urbanismo descontrolado, la cultura marroquí… Un humanista, un hombre del renacimiento que con su timidez se atrevió a decir cosas como esta: "La defensa de la conservación de la naturaleza y la del patrimonio cultural son totalmente inseparables"


Ahí queda eso, como el que no quiere la cosa, este sabio profesor ha puesto el dedo en la llaga de uno de los dogmas de lo políticamente correcto que aún tiene fuerza en algunos sectores de la sociedad que no siguen estas “vanguardias”: el de la sectorización, el de la estrecha cuadrícula, el de los compartimentos estancos… Presente incluso en algunos ámbitos de la esfera universitaria (de la política ni hablamos).  Es, para entendernos, como cuando a uno le dicen: ¿Y siendo biólogo te interesa la historia? O también esta otra: ¿Y estando metido en la conservación de la naturaleza también te movilizas para defender de la demolición ese edificio histórico? Y claro, uno no nació diciendo “enfoque global” o “integración transversal "en lugar de papá y mamá pero ante estas cosas va creando un carácter. A lo mejor influye tanto haber nacido en esta Málaga preciosa pero tan descuidada a la hora de velar por conservar su patrimonio, por conservarse a si misma. Una ciudad que, urbanísticamente y en mi opinión, perdió el rumbo en la década de los 60 del pasado siglo. La demolición del viejo barrio de La Coracha, con cientos de años de antigüedad, fue una herida temprana, un corte limpio que ya no te permite volver a ser el mismo. Y sí, lo he defendido siempre a capa y espada, me duele tanto el derribo de dos edificios de los siglos XVIII o XIX como un vertido en un parque natural. Me duele tanto la caída del silo de Málaga (Pieza industrial de la etapa autárquica de valor singular a nivel nacional) como la de tantos árboles bajo las llamas en los desgraciados incendios forestales.

Y seguramente a alguien le resultaré polémico, pero afortunadamente esta concepción está cambiando como lo demuestra este foro (No sólo fue Gamoun, otros ponentes como la canadiense Jacienthe Gagnon, del Laboratorio de Estudios de Políticas Publicas de Quebec, defendió una “economía purpura”, que trata de poner en valor la cultura y su diversidad como un elemento potencial de crecimiento a tener en cuenta para construir un modelo de desarrollo sostenible). Tal vez porque la sociedad avanza dándose golpes con la tozuda realidad, tal vez porque siempre hay alguien que está dispuesto a observar, como decía Gamoun, las continuas caídas con la misma cáscara de plátano.

Marruecos tiene un enorme potencial y un patrimonio cultural y natural vastísimo. No puede permitirse el lujo de perder ni uno ni otro (porque habitualmente cuando se pierde uno se pierde también el otro) como desgraciadamente ha ocurrido en tantas ocasiones en la otra orilla. Claro está, esta conservación debe estar integrada en un contexto de progreso y de mejora de  las condiciones de vida de los marroquíes bajo el marco del desarrollo sostenible. Tenemos mucho que aprender, mucho que rectificar, muchos espejos en los que vernos.

Creo que los movimientos conservacionistas o ecologistas deben ser sobre todo movimientos éticos, con un programa, con un proyecto de sociedad mejor en todos los ámbitos: naturaleza, educación, economía, cultura, urbanismo… Vamos irremediable y afortunadamente hacia un escenario en el que cada vez tendrán menos sentido las divisiones, los compartimentos (claro está, salvo en algunos momentos en los que nos serán útiles para organizar correctamente el trabajo) y se caracterizará por una visión global, integral, holística que vea en la naturaleza y en la cultura las dos caras de un mismo mundo mejor.

Todo esto bullía en mi cabeza mientras el Profesor Gamoun abandonaba la mesa y volvía a ponerse su boina verde para camuflarse sin hacer ruido entre las filas del público como uno más.  Como el que no quiere la cosa, tras haber derribado una época, para dar paso a otra.




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