El Paraje Natural de los acantilados de Maro-Cerro Gordo es una isla de biodiversidad bañada por dos mares: El de Alborán y el de plástico. Valoramos poco las cosas cuando las tenemos, y no es muy aventurado pensar que si no se hubiese conseguido proteger este magnífico enclave, que además de Paraje Natural es Zona de Especial Protección para las Aves y Zona Especialmente Protegida de Importancia para el Mediterráneo, hubiese sido engullido por los cultivos hasta desaparecer. Lo mismo que ocurrió con otras zonas no menos interesantes de nuestro litoral con el ladrillo y el boom turístico descontrolado. Las cosas no se consiguen solas y es justo decir que es gracias a biólogos, técnicos, asociaciones y, en este caso, a las administraciones correspondientes, que tenemos en apenas 12 Km2 bosques de encinas, abrupto matorral mediterráneo, especies de regiones más húmedas como el boj, aves como la lavandera o el halcón peregrino, reptiles amenazados como el camaleón, nuestros ú...